El siglo XXI considerado como el "siglo de las comunicaciones" ostenta una tecnología excepcional . Todas las redes sociales que existen actualmente han cambiado la forma de hablar, escribir, y comunicarnos. sin embargo pareciera que nos entendemos menos y nos aislamos cada vez mas.La lengua cambia con el tiempo, se puede ver en el cambio semántico el reflejo del devenir humano, lo vimos en su momento. Cada época tiene su lenguaje, pero también cada hombre expresa en su lengua la cuna de donde proviene, la esencia de sus creencias y el sentido de su vida. Cambiar nuestra manera de hablar supone el riesgo de cambiar la forma de ser percibido por los que nos escuchan. Hay una única realidad pero miles de formas de expresarla y la forma que utilizamos determina la manera en que los demás nos perciben y de acuerdo a nuestro universo escogeremos para ello palabras mas adecuadas. Nuestra manera de hablar, nuestra riqueza de vocabulario, el tipo de palabras que empleemos, proporciona a nuestro interlocutores una imagen de nosotros. Pensemos en el siguiente caso: la mayoría de los adolescentes utilizan un lenguaje particular que inconscientemente relacionamos con ellos pero ¿Que ocurriría si ese tipo de lenguaje fuera utilizado por una persona de 60 años? o si por el contrario un adolescente utilizara un lenguaje elevado, cuidado y maduro, ¿Cómo serìa percibido por los demás? Probablemente como un adolescente singular, distinto. Se trate de prejuicios o no, la realidad es que tendemos a asociar la manera de hablar con el tipo de persona que habla.
Convendría interrogarnos acerca de si estamos utilizando de manera correcta nuestro idioma, si respetamos su verdadera dimensión, si el vocabulario con que nos dirigimos a nuestro semejantes es el correcto. Así surgen preguntas como ¿cual es la calidad del uso de nuestro idioma en la prensa, la radio, la televisión, Internet? ¿Cuánto leemos? ¿Cómo hablan las nuevas generaciones?
Somos testigos de que hasta la Real Academia de la Lengua Española, cada vez acepta más cambios de palabras y el uso de palabras nuevas. lamentablemente no se notan correcciones que preserven la pureza de nuestro idioma.
En fin, somos lo que hablamos, leemos y elegimos para describir el mundo que nos rodea por ello es necesario hacer una reflexión y decidir como queremos usar el idioma. Cada quien es responsable de expresarse como mejor le parece. Pero ¿Cuántos hombres son en verdad su palabra?
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