Existen varios errores gramaticales en la
lengua española que por lo general suceden en la oralidad y, por la calidad de estos,
son casi imperceptibles. Algunos son de concordancia de tiempo, por ejemplo: no
creo que pudieran hacerlo; otros de concordancia de número, ellos logra
terminar; concordancia de género, las carros, entre otros. En este caso, el
error que se presenta a continuación es de redundancia, por ejemplo, subir a
arriba. Sin embargo, la gramática de la lengua española ha tomado este caso como
una innovación lingüística, un juego de palabras, es decir, una figura
literaria: el pleonasmo.
El pleonasmo es una figura
literaria que se utiliza para darle mayor energía o elegancia a las
expresiones. En ella se permite algunas excepciones a la sintaxis y a la gramática
de la lengua española. Al igual que otras figuras literarias no se pueden
estudiar con un criterio puramente gramatical ya que rompen las reglas. Otra de
las características del pleonasmo además de la redundancia, es evitar generar
dudas en la persona que nos escucha. El pleonasmo se permite ya sea alterando
el orden de la ubicación de las palabras u omitiendo algunas, el pleonasmo
quiebra las reglas de colocación, ejemplos de algunos
pleonasmos:
Vuelvo y reitero
Primero que todo
Asolearse al sol
Tiritaba de frio
Volar por los aires
Comer con la boca
Subir arriba
Bajar abajo
Accidente fortuito
Beber líquido
Una de las construcciones que
se forma con el pleonasmo, es el uso de adjetivos: propio y mismo, ejemplo:
Yo mismo estuve presente
Tu padre mismo lo ha mandado.
Repetición de pronombres
personales: (mí me, ti te), por ejemplo:
A mí me dicen
A ti te llaman
A él lo buscan
A nosotros no nos corresponde.
Aunque la gramática de la
lengua española lo toma como una sintaxis figurada, un juego de palabras, esto
no deja de ser un error si se utiliza en los discursos cotidianos, es decir, se
recomienda que este tipo de errores sólo se empleen en la lengua escrita como la
literatura o la poesía.
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